Cristina Polo, estudiante de NeurotechEU: “Hay mucha gente de diferentes áreas trabajando en lo mismo, con un mismo objetivo”

26 junio 2024

La Universidad de Reikiavik –miembro de la alianza NeurotechEU– celebró el pasado mayo la Summer School on EEG Functional Connectivity 2024 

Cristina Polo y Paula Soriano son estudiantes del Programa de Doctorado en Tecnologías Industriales y de Telecomunicación (TECNIT) de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH). Ambas asistieron en mayo de 2024 a la Summer School on EEG Functional Connectivity 2024 de NeurotechEU, celebrada en la Universidad de Reikiavik. Esta actividad tuvo como objetivo que los estudiantes adquiriesen las habilidades esenciales para analizar y comprender las complejidades dinámicas del cerebro humano mediante el uso de la electroencefalografía (EEG).

Paula Soriano y Cristina Polo (izq a derecha), estudiantes del Programa de Doctorado en Tecnologías Industriales y de Telecomunicación durante su estancia en Reykjavik

Cristina Polo es graduada en Ingeniería Mecánica e Ingeniera Electrónica Industrial y Automática y máster en Automática y Robótica. Actualmente forma parte del grupo de investigación Brain Machine Interface Systems Lab (BMIsLab) de la UMH donde lleva a cabo su labor investigadora sobre el desarrollo de BMI para el control, diseño y construcción de exoesqueletos. “En un futuro me gustaría seguir trabajando en la rama de la Neurociencia ya que es un campo que me apasiona y que considero que aún queda mucho por descubrir e investigar”, nos cuenta la doctoranda Polo.

Por su parte, Paula Soriano es graduada en Ingeniería Biomédica y cursó el máster en Robótica de la UMH, dónde “la investigación en robótica médica es muy potente”, según la doctoranda. Actualmente, realiza su tesis sobre la investigación en BMI para controlar exoesqueletos y poder ayudar a los demás con su trabajo. En un futuro le gustaría contribuir a que las BMI formen parte de una terapia común y habitual en los hospitales.

Después de tres días de aprendizaje inmersivo en el Instituto de Ingeniería Biomedicina y Neural de la Universidad de Reikiavik –que coincidieron con la séptima reunión del Consejo de Rectores de NeurotechEU–, las doctorandas nos cuentan su experiencia.

 

¿Qué les hizo decidirse a solicitar una de las plazas?

Paula: A mi me llamó mucho la atención el hecho de tratar la conectividad cerebral, ya que en nuestro laboratorio es algo que no trabajamos y que no vemos a diario, por lo que complementa mi formación en EEG. 

 

¿Cómo describirían en tres palabras su experiencia en la Summer School?

Cristina: Pues, te diría: intenso, enriquecedor y divulgativo.

Paula: Para mi fue sorprendente, valioso y repito divulgativo. Sorprendente, porque todo era muy distinto, incluida la ciudad en sí; y valioso porque nos hemos llevado algunas ideas que aplicar y probar aquí.

 

Paula, ¿se refiere a los equipos de que disponen?

No solo el equipo, sino lo que trataba el curso. Es un tema que no tiene nada que ver con lo que nosotros trabajamos en general.

 

¿Hay alguna cosa del curso que les sorprendiese? ¿Algo que no esperasen?

Cristina: A mi que gustó mucho el estilo de las instalaciones que tienen. Yo me dedico también a impresión 3D y sus instalaciones están mucho más avanzadas. Además, ellos también trabajan con lo que es la parte de EEG, como nosotros también trabajamos con una parte de lo que es el diseño. Entonces te das cuenta que tienen vías paralelas de trabajo, no solo se centran en la neuro, sino que también en el diseño. Y eso me gustó mucho.

Paula: A mi me chocó mucho una especie de plataforma que han creado para simular el vértigo en la gente y poder detectar algunas patologías que, en personas con alteraciones cognitivas, son difíciles de detectar.

 

¿En qué consiste ese ‘simulador’?

Paula: Digamos que una persona se colocaba en la plataforma y a través de una pantalla veían como si estuviesen en una barca. La plataforma se movía al ritmo de las olas que movían la barca. Pero llegaba a un punto en el que la plataforma se paraba y, sin embargo, la persona se seguía moviendo. Y hubo gente que se subió y lo probó y era bastante chocante que usasen un simulador de movimiento para detectar el Parkinson y mareos por movimiento, por ejemplo, en personas que trabajan en barcos.

 

El curso, ¿cómo estaba organizado?

Cristina: Los tres días empezaban con unas primeras horas más teóricas y después teníamos las sesiones prácticas relacionadas con la teoría que habíamos visto.

Paula: El primer día tuvimos un workshop sobre el gorro de EEG que ellos utilizan. Nos dividimos en dos grupos y mientras unos estábamos en el taller, el resto visitaban las instalaciones y después, a la inversa.

 

Sobre el gorro que comenta, ¿cuál es el que probaron?

Paula: Se trata de un ANT Neuro y concretamente, usamos el modelo waveguard™net. Es una especie de red que contiene los electrodos, los cuales son húmedos y funcionan mediante una solución salina.

Gorro de encefalograma ANT Neuro usado durante la Summer School 0n EEG Functional Connectivity 2024 en la Universidad de Reikiavik 

¿Pudieron usar el gorro desde el primer día?

Cristina: Sí, pero en general el segundo día fue mucho más práctico. Pudimos toquetear el gorro y sus equipos con más tiempo. Digamos que nos dieron unos ejercicios que llevar a cabo y podíamos ir probando, tú lo ibas haciendo y ellos te iban ayudando.

Paula: Sí. Hasta que al final todo lo que te habían ido contando por la mañana lo construías.

 

La Summer School, ¿les ha hecho replantearos la trayectoria de su carrera? ¿O ha influido de alguna manera en sus metas a largo plazo?

Cristina: A mi me gustó el clima de trabajo que había; algo con lo que me gustaría seguir en contacto. Hay mucha gente de diferentes áreas trabajando en lo mismo, con un mismo objetivo. La Summer School es una experiencia que recomendaría a todo el mundo más allá de estudiantes y profesores relacionados con la Neurociencia. Es realmente apasionante ver cómo hay tantas personas luchando por entender y descifrar el complejo mecanismo que tenemos dentro de nuestra cabeza.

Paula: En mi caso, yo repito lo que he mencionado antes: las ideas que me surgieron estando allí. No como replantearme mi carrera a largo plazo, pero sí como cosas en las que trabajar o probar. Además de las clases impartidas, el hecho de conocer a personas de distintos lugares dedicándose a ramas tan variadas de la neurociencia es muy enriquecedor y aporta grandes ideas.