El proyecto XSCAPE: Material Minds estudia la interacción entre los materiales y la cognición de las personas

La palabra ‘sobremesa’ solo existe en español. Para poder referirse a este concepto en otros idiomas es necesario usar más de una palabra. Otros ejemplos similares han hecho que algunos investigadores se planteen si las palabras que inventamos influyen en la manera de procesar la información. Este tipo de diferencias culturales plantea, a su vez, otras cuestiones sobre diferencias materiales: ¿influye el entorno material en la manera de entender y procesar la información? El proyecto ‘XSCAPE: Material Minds’ tiene como objetivo entender cómo funcionan nuestros cerebros cuando interactúan con el mundo material, construido por los humanos, para que otras áreas de estudio u otras tecnologías puedan aplicar este conocimiento. Según explica uno de los investigadores principales del proyecto –experto en diversidad y la evolución de la complejidad social de la población humana– Johannes Müller, el conocimiento que resulte de este estudio podría ayudar a detectar cuándo las personas están siendo manipuladas al interactuar con el mundo material. “La ciudadanía podría beneficiarse para, en sociedades democráticas, ser conscientes de dichas manipulaciones en motores de búsqueda, la televisión o la red” quizá “con una base científica”, añade el arqueólogo.

XSCAPE es un proyecto financiado por el programa Synergy Grants del Consejo de Investigación Europeo (ERC-SYG, por sus siglas en inglés). Combina la arqueología, la neurociencia visual y los estudios basados en simulaciones. Además de Müller, profesor en el Instituto de Prehistoria y Protohistoria Arqueológica de la Universidad de Kiel, lideran el proyecto Luis M. Martínez Otero, investigador de NeurotechEU desde el Instituto de Neurociencias (centro mixto de la UMH y el CSIC); Andy Clark, profesor de Filosofía Cognitiva en la Universidad de Sussex; y el coordinador Felipe Criado-Boado, profesor de investigación y director del Instituto de Ciencias del Patrimonio en Santiago de Compostela (INCIPIT-CSIC).

En su visita al Instituto de Neurociencias, los expertos explicaron que las tres áreas –neurociencia, filosofía y arqueología– están trabajando juntas para poder entender los cambios de uso y estilo en los materiales de construcción y así, a su vez, desarrollar una guía sobre el comportamiento perceptivo que pueda producir modelos internos de comportamiento basados ​​en la materialidad. Según Criado-Boado, en arqueología ‘materialidad’ no tiene por qué referirse a materiales científicos o de construcción. “La arqueología trata tipos muy específicos de materiales. Por ejemplo, si hablamos de la historia del arte o de la historia de la arquitectura, podemos estar hablando de arte, grandes obras de arte, grandes edificios y similares”, añade Felipe Criado-Boado. Luis Martínez añade como ejemplo los tatuajes corporales, otro tipo de materialidad que podría ser considerada para estudio.

XSCAPE: Material Minds | @xscape_project 

Según Luis M. Martínez, XSCAPE arranca su segunda fase: “Ahora estamos empezando con el trabajo etnográfico y con casos prácticos en comunidades indígenas”. Actualmente, están trabajando en cinco puntos diferentes de Europa, África y América para estudiar, mediante la técnica de seguimiento ocular o eye-tracking, cómo las personas autóctonas de diferentes sitios observan un mismo objeto: qué es lo primero que ven, a qué prestan más atención, cuánto tiempo dedican a los detalles pequeños… A partir del estudio del movimiento de los ojos sobre el objeto en cuestión, los investigadores utilizan la Red Bayesiana para convertir esos movimientos aparentemente aleatorios en patrones cognitivos. Es decir, investigan mediante la visualización de un objeto si la cultura y los materiales usados en cada sitio influyen en la manera de procesar la información que percibimos.

Summary of our results showing that the pattern of spontaneous exploratory eye movements gradually transits from the earliest to the latest pots. | https://doi.org/10.1038/s41598-019-39661-w 

Este proyecto ERC-SYG tiene una duración de seis años (2021-2027). El objetivo del ERC es reforzar la excelencia, el dinamismo y la creatividad de la investigación europea como respuesta ante la ambición de cambiar a un modelo económico basado en un crecimiento inteligente, sostenible e inclusivo.